8 de marzo, una conmemoración necesaria, también en tiempos de pandemia

Aunque cada año lo escribimos en nuestros comunicados, queremos volver a recalcar que el 8 de marzo no es una fecha de celebración o festejo, sino una fecha para recordar que la desigualdad de género aún es una realidad y que, aunque se han alcanzado muchos logros, aún quedan muchas injusticias por superar.

El día internacional de la mujer conmemora la lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad de trato en todos los entornos por lo que es una jornada de reivindicación y lucha contra la desigualdad entre hombres y mujeres, además de un tiempo para el recuerdo y homenaje a las mujeres que promovieron estos ideales.

Pero este 8 de marzo, además, debemos hacer más visible si cabe cómo se han ido mermando cada vez más nuestros derechos laborales, y en particular el de las mujeres trabajadoras. Los trabajos más precarios están feminizados, y gran parte de ellos forman parte de esos “trabajos esenciales y de cuidados” que pasaron a ser “indispensables” durante la pandemia a ser las primeras despedidas de sus puestos de trabajo.

Desde co.bas denunciamos el abuso en la utilización de los ERTES como mecanismo de las empresas privadas para evitar pagar salarios y obtener más beneficios, convirtiéndolos así en bolsas de empleo internas que permiten despedir y volver a contratar sin ningún tipo de seguridad y estabilidad.

En Atos, sin ir más lejos, hemos visto como apenas 15 días después de activarse el estado de alarma, la empresa se acogió a este “negocio” de los ERTES alegando una “posible/previsible” bajada de productividad e ingresos que finalmente acabó dejando durante 5 meses en el paro a 392 personas de las cuales, el 45 % son mujeres a pesar de que este colectivo representa tan solo el 39 % del total de trabajadores y trabajadoras.

Un ERTE absolutamente injustificado, como la propia fiscalía confirmó durante el desarrollo del juicio, emitiendo un informe en el que solicitaba su nulidad por ser discriminatorio por razón de sexo.

La pandemia de Covid-19 ha servido para intensificar de una manera muy drástica la brecha de género que sufren las mujeres obreras dentro del sistema capitalista, con más jornadas parciales que los hombres, una mayor brecha salarial, trabajos precarizados y más despidos.

Todo este cóctel de desigualdad se ha acelerado durante todo el año 2020, dejando en evidencia que las mujeres trabajadoras seguimos siendo las primeras excluidas del mercado laboral; se estipula que el paro en las mujeres ha crecido cuatro puntos por encima de los hombres durante todo este tiempo, con un porcentaje del 18,39%. Todo ello, supone también un peligro en las pensiones de las mujeres trabajadoras, cuya brecha salarial sigue siendo de un 34% menos respecto a los hombres.

En definitiva, desde co.bas seguimos reivindicando, ahora más que nunca, el 8 de Marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un día de lucha para todas las mujeres obreras, un día de lucha también para toda la clase trabajadora, porque nuestra emancipación debe formar parte de la lucha de toda la clase obrera.

Distintos colectivos nos cuentan de primera mano sus experiencias laborales durante la pandemia, puedes verlas aquí:

Trabajadoras del Gregorio Marañón: https://www.youtube.com/watch?v=IyZYbSB4WWo

Trabajadoras temporales de la administración pública: https://www.youtube.com/watch?v=7NK6oFnafHE

Trabajadoras de ayuda domiciliaria de Barcelona: https://www.youtube.com/watch?v=DnvJgZEpxFo&t=195s

ERTE de Atos Spain: discriminatorio por razón de sexo: https://www.youtube.com/watch?v=w4GoLTNbZlo&t=10s