Certeza de que seremos comprados o absorbidos no tenemos ninguna a día de hoy, pero lo que sí sabemos es que el valor de Atos ha bajado drásticamente y en este momento somos muy vulnerables para “los mercados”.
Basta decir que, en el último año, el precio de la acción ha bajado un 44,96%, situándose en torno a 42 Euros cuando estuvo cerca de los 80 hace apenas 12 meses.
Sin ir más lejos, ayer se produjo un desplome de las acciones (18% en un día) después de que se anunciara un plan de reestructuración que afecta a 1.300 personas en Alemania, coincidiendo con el anuncio de una revisión a la baja de sus previsiones financieras y de la noticia de hace unas semanas sobre los fallos contables y debilidades en los controles internos en las cuentas de Atos en USA.
No alcanzamos a comprender como con las “buenas cifras” que nos indican en la actualidad y las “buenas previsiones de futuro”, los inversores no confían en una compañía tan ¿sólida?.
Por quitarle algo de hierro al asunto, que lo tiene y mucho, esperamos que medidas improductivas, como la de hacer venir a la oficina al personal del Bench, les ayude a reconducir la situación.