El pasado viernes 8 de julio, a raíz de una denuncia de COBAS, se personó una Inspectora de Trabajo, en el edificio de Atos en Albarracín 25, para revisar los aspectos de nuestra demanda.
Decidimos poner dicha denuncia después de que la empresa hiciera caso omiso a las siguientes reclamaciones que le hemos trasladado reiteradamente:
- Cajoneras sin llave que no permiten mantener las pertenencias de la plantilla a buen recaudo.
- Obligatoriedad de llevar y traer el equipo portátil y enseres personales a diario, desde casa a la oficina.
- Falta de dotación mínima en los denominados “puestos calientes” para poder realizar el trabajo adecuadamente (teclados, ratones, alzapantallas o monitores, etc).
- Imposibilidad de mantener en un “puesto caliente” los elementos ergonómicos, asignados a cualquier persona que, por informe médico, así lo requiera.
- Graves problemas con los equipos de evacuación debido a la organización de los denominados “puestos calientes”.
Este último punto es especialmente serio y preocupante para COBAS, puesto que, en caso de evacuación por una emergencia, a día de hoy con esta nueva modalidad de puestos calientes, no se puede garantizar que las personas asignadas como equipo de evacuación estén en la zona que les corresponde, lo que pone en riesgo al resto de la plantilla en caso de una evacuación del edificio.
Después de una exhaustiva revisión del edificio, de los equipos de emergencia y de haber hablado con distintas personas, que en el momento de la inspección se encontraban en sus puestos de trabajo, la inspectora de trabajo detectó múltiples deficiencias, por lo que ha abierto una diligencia en la que obliga a la empresa a lo siguiente:
- Debe garantizarse el equipamiento mínimo necesario en todos los puestos de trabajo.
- Ante la ausencia de equipos de emergencia y evacuación en todas las plantas, requirió a la empresa a solucionarlo y realizar un simulacro de evacuación (que lleva sin realizarse desde el 2019), para confirmar su correcto funcionamiento, en un plazo de tres meses.
- Debe garantizarse que, en un plazo máximo de dos meses, los trabajadores y trabajadoras puedan guardar sus enseres de manera segura durante la jornada de trabajo.
A pesar de que una y otra vez requerimos de buena fe a la empresa para que solucione las distintas carencias y deficiencias que detectamos, resulta lamentable que para que la empresa cumpla con sus obligaciones tengamos que interponer denuncias. No obstante, si para la dirección de la empresa es la única manera de cumplir con la legislación vigente, no dudaremos en volverlo a hacer.