Hace unos días un delegado de prevención planteaba a la empresa, si a las personas que asisten presencialmente a la oficina, y puesto que en el transporte público la mascarilla sigue siendo obligatoria, se les podría seguir suministrando mascarillas bajo demanda, ya que hay excedente, y para algunas personas puede ser una ayuda en su economía.
Partimos del hecho de que en el centro de Albarracín en Madrid hay una sala en la que hay un enorme stock de mascarillas, que no se van a usar, que la empresa tiene almacenadas y que van a caducar.
Ante esta petición, que al resto de los delegados y delegadas de prevención nos ha parecido bastante lógica, sensata y llena de sentido común, la respuesta de RR.HH. ha sido que las mascarillas se paguen con el dinero obtenido gracias a las bonificaciones por baja siniestrabilidad y que gracias a los delegados y delegadas de prevención y a la intervención de la Inspección de Trabajo se han utilizado para comprar las mochilas, trolleys y en breve ratones ergonómicos para los trabajadores y trabajadoras de Atos Spain.
Es impresionante lo poco que le preocupa a RR.HH. la salud de las personas, y el poco respeto que tiene a la plantilla prefiriendo que caduquen cientos y cientos de mascarillas para acabar tirándolas, antes de cedérselas a quien las pueda necesitar.
Esto es Atos, la plantilla siempre es lo último.