El pasado 11 de octubre se celebró una nueva reunión de la mesa de teletrabajo, y volvemos a tener la sensación de que la empresa no quiere avanzar y llegar a los puntos que de verdad tienen importancia.
La empresa se cierra y da mil vueltas a cualquier cambio que se le propone, y no quiere dejar por escrito nada que les comprometa, solo quieren decidir ellos y dar teletrabajo a quien ellos quieran, y en la modalidad que a la empresa le interese.
Ya lo hacían así y quieren que el teletrabajo sea algo con lo que poder forzar a las personas que lo pidan a aceptar las condiciones que les interese en ese momento, horarios a la carta, horas extra gratis, etc. Esto no quiere decir que lo hagan en todos los casos, pero si que se ven muchos “horarios especiales” en las copias de los contratos que tenemos que firmar la RLPT.
Además, ese control sobre las peticiones les permite cerrar centros, como el de Zaragoza, el cual han trasladado a un centro de co-working en el que no hay sitio para toda la plantilla, por lo que hay gente que tiene que teletrabajar quiera o no, o Valladolid, donde han restringido los sitios disponibles a un par de filas de mesas.
Todo esto son ahorros, que luego no vemos reflejados en ningún beneficio para las personas trabajadoras de Atos, y mientras se obliga a teletrabajar incluso el 100% del tiempo a parte de la plantilla le interese o no (aunque parezca mentira hay gente a la que no le interesa esta modalidad).
Lo llevamos diciendo desde el principio, el puesto debe ser el que indica si una persona puede teletrabajar o no, y la persona la que decide si lo quiere pedir o no.
Un acuerdo en el que la empresa tenga la decisión final unilateral de otorgar o no el teletrabajo es un sistema injusto, que convierte la solicitud en una negociación individual en la que la parte más débil (la persona trabajadora) tiene las de perder siempre.
¿para cuando una convocatoria de huelga en atos?
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